Alguna
vez ha debido pasarnos que conocemos a un chico genial, que está de paso nada
más, pero nos roba la sonrisa, alegra nuestro día y deseamos pasar algo de
tiempo con él; esos romances que duran solo una estación o menos aun, pero que desde
el inicio sabemos que no son para siempre.
Una
de mis mejores amigas me dice siempre: “¿y
qué? ¡Vive el momento!” y tiene toda la razón, aun más si alguien solo
estará de paso por tu vida (como casi todo y todos). Pero el dilema se da en
qué proporción darse a este tipo de romances; si darlo todo o guardar algo para
nosotras.
Alguna
vez escuche que si hacemos algo, lo hagamos bien o mejor no lo hagamos (ya sea
algún logro o algún fracaso) entonces siguiendo esta lógica y el consejo de mi
amiga debería darlo todo y vivir el momento, dejarme llevar con el viento hasta
que el paseo haya terminado, y no sufrir porque terminó, porque desde el inicio
lo sabíamos, tenía que terminar, pero por lo menos no nos quedaremos con los
odiosos “hubiera…”, y habremos dado
todo de nosotras para no quedar con sinsabores en la boca.
Y
si, yo creo que cuando uno se encuentra de verdad con alguien, un poco de él se
queda en ti y un poco de ti se lo lleva él; y prometo que será una gran
experiencia, aprender a dejar ir es
una gran lección de vida, entender que no todo es un cuento de hadas es
(personalmente) un logro, y esperar que algún giro del destino los vuelva a
unir después de años puede ser una ilusión, pero no se aferren a ella, sabemos
que solo pasa en las novelas mexicanas y comedias románticas.
Por
otro lado las invito a vivir sin temor, no tengan miedo de reír demasiado
fuerte o ambicionar demasiado alto, de querer solo lo mejor y no conformarse
con menos y sobre todo de entregarse del todo sin arrepentimientos posteriores.
Así
que ve y vive el momento, no dejen ningún hubiera
suelto por ahí.
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