sábado, 17 de diciembre de 2011

Culebrones Mexicanos


Una vez mi gran amigo El Chino Q me dijo: ¡las mujeres quieren que sus vidas se parezcan a una telenovela mexicana!

Yo no soy de ver telenovelas, pero por conocimiento general entiendo que las telenovelas, y con mayor razón las mexicanas, desarrollan un manojo de relaciones, tanto familiares como de pareja, que en la trama se enredan y desenredan y vuelven  a enredarse; y justo cuando todo está por terminar en un final feliz  ¡ZAS! Algún giro de 479° hace que la historia se alargue aun más y todo vuelve a estar de forma desordenada y creando mucha expectativa. También se que los protagonistas nunca mueren (pero varios actores secundarios sí) y son los que más sufren en toda la trama; que existen muchos engaños y desengaños, reveladores confesiones y demasiados secretos, algunas reapariciones y hasta resurrecciones. En fin, todo un CULEBRON de emociones.

Yo no entiendo cómo es que una chica, en sus cinco sentidos, podría desear ser parte de una telenovela mexicana. Lo sé, puede que yo solo hable desde mi punto de vista, pero aun así, intentando ponerme en los zapatos de alguien más y no llego a entenderlo.

Supongo que a muchas chicas les gustan las telenovelas (no las juzgo, nunca lo haría) pero debemos de reconocer que las telenovelas son demasiado complicadas y casi inverosímiles.

Vamos ¿qué probabilidades hay de que el amor de tu vida sea el hijo abandonado por tu madre cuando tenía 15 años? o ¿qué tu siendo una simple lava autos termines casándote con un millonario que se enamoro de ti a primera vista? (no sé si mis ejemplos son muy buenos, me disculpo si no lo son) yo les respondo, las probabilidades son INFIMAS, no digo que imposibles pero si muy, pero muy, poco probables.

La frase de mi gran amigo me preocupa, me da dolor de cabeza en solo pensar como sería mi vida si se pareciera a una telenovela mexicana. No podemos basar nuestros deseos en una telenovela, las telenovelas son ficción (porquería en mi opinión) y la ficción solo debe ser nuestro entretenimiento y no nuestro anhelo.

Por mi parte prefiero mantener mi vida de forma simple, y si, con algunos altos y otros bajos para ponerle un poco de emoción, pero sin tantos nudos. Que en la simpleza esta la belleza.

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