domingo, 25 de diciembre de 2011

Tu Cruz


Todas tenemos un ex enamorado/ex novio que nos marco la vida, ese chico al que siempre le tendremos cariño y ya ni nos recordamos que fue lo que paso pero siempre tenemos buenos recuerdos de él. Ese chico que siempre estará ahí por si tenemos un problema, estamos seguras que el siempre estará dispuesto a  ayudarnos, porque el sentimiento es mutuo.

Llámenle el incondicional, el amor de su vida, el point, EL chico, EL ex o como quieran, pero yo le llamo mi CRUZ.

Mi cruz se llama Frank, fue mi primer enamorado serio y lo conocí cuando tenía 14 de una forma poco convencional. Jugábamos con mi prima La Loca a empujarnos en una verbena del colegio de Frank y termine estampada sobre él, al voltear para disculparme por la torpeza, lo vi y fue amor a primera vista (jaja, lo sé, estoy siendo algo cursi, pero la ocasión lo amerita).

Nuestra historia es muy linda, muy inocente (¡éramos unos críos!) y viene durando media vida.

Todos sabían que él me gustaba, mis amigas sabían que me gustaba, sus amigos sabían que me gustaba, sus primos sabían que me gustaba, la ciudad entera sabia que él me gustaba, pero él no se daba por enterado. Debía hacer algo y rápido, no soy de las chicas que esperan sentadas, así que decidí hacer algo al respecto.

Un día lo invite a que me acompañara a una fiesta de quince años (en mis épocas eran muy elegantes y formales) para ver si así se venía a enterar de mis intenciones. El vino muy lindo y elegante, y bailamos toda la noche; bailamos esas canciones lentas que ponen justamente para estas ocasiones, en las que pones tu mano derecha en su hombro y el entrelaza sus dedos con los dedos de tu mano izquierda, con su otra mano te tiene de la cintura muy cerca a su cuerpo y los dos estábamos tan nerviosos, pero lo recuerdo como si fuera ayer.

El era un chico muy respetuoso (aun lo sigue siendo) y quizás algo tímido, así que no me dijo nada ni intento nada, pero al momento de despedirme le dije despacito y al oído: “me gustas mucho”.

Después de esto el coqueteo era abierto y reciproco. Después de unos meses en mi fiesta de quince años nos dimos nuestro primer beso y ahí empezó una historia que aun no termina de escribirse.

No logro recordar porque termino nuestra relación, pero el cariño sigue latente, aun nos vemos y recordamos nuestras chiquilladas y nuestras tontas peleas, reímos, nos celamos en juego y no reclamamos cosas como si aun estaríamos juntos.

En el fondo creo que aun lo estamos, y lo seguiremos estando por un buen tiempo, quizás hasta que uno de los dos se case. Claro, si no nos casamos uno con el otro. J

Ahora te toca a ti ¿Quién es tu cruz?

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